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La Viñita

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LA VIÑITA

Esta capilla, si bien no corresponde a una construcción de alguna de las primeras órdenes, es la continuadora del primer lugar de culto levantado en Chile.  

El año 1545, Inés de Suárez mandó levantar en la cumbre del actual Cerro Blanco una ermita dedicada a la Virgen de Monserrat. Pedro de Valdivia era dueño de ese lugar y, al ver la dedicación y devoción de doña Inés, le traspasa la capilla y el terreno adyacente. Ella dona, en 1558, la ermita, el cerro y una chacra a los dominicos, quienes prometieron, a perpetuidad,  una procesión anual a la Virgen y  una Misa cada tres viernes por las almas de ella, de su esposo y  de Pedro de Valdivia. Durante varios años la promesa se cumplió. El paso del tiempo deterioró la construcción rústica de la ermita y la promesa hecha a doña Inés y a su esposo.

Alrededor de 1822, el nuevo dueño del lugar dona el sitio donde ahora se ubica la actual construcción. Lo hace para mantener la procesión que los fieles siguieron realizando cumpliendo la promesa de 1558. El lugar corresponde a una pequeña viña que los dominicos mantenían. De ahí viene el nombre de La Viñita. La construcción de la nueva iglesia se inicia en 1834. Se edificó modestamente y contó con la intervención del afamado arquitecto Eusebio Chelli, aunque posteriores remodelaciones esfumaron el aporte de este profesional. Ubicada en la esquina de Santos Dumont (antigua Calle del Rosario) con Recoleta, «La Viñita» recuerda con su sencilla arquitectura la devoción de Inés de Suárez y la generosidad de Pedro de Valdivia. Además, para algunos, evoca «la primera iglesia de Chile».

Actualmente está en reparaciones y permanece cerrada.