A fines del siglo XVI había nacido la idea de las recoletas. Eran casas de formación en las que los aspirantes podían llevar una vida espiritual que fortaleciera su vida interior y reafirmara su vocación. En 1643 los Franciscanos recibieron la donación de un terreno ubicado en La Chimba. Allí se traslada la recolección franciscana, dadas las condiciones que ofrecía.
En 1645 se construyó rústicamente una modesta capilla que se derrumbó con el terremoto de 1730. Luego de una reconstrucción parcial, en 1845 se construye el actual templo de tres naves. En su altar mayor de madera dorada y policromada se instaló una imagen barroca de la Virgen de la Cabeza (advocación mariana venerada en España). La actual torre es atribuida al arquitecto Fermín Vivaceta (1827-1890), quien fuera el creador de la torre de la Iglesia San Francisco de la Alameda.
Fue en este templo y convento donde se destacó Fray Andresito, quien en la primera mitad del siglo XIX hizo de su vocación religiosa un apostolado entre los más pobres. Recorrió la ciudad ayudando y buscando ayuda para los más necesitados. La devoción popular y el hallazgo de su cuerpo incorrupto dos años después de su muerte, han motivado la apertura del proceso de canonización.