Templo de San Ignacio
Por una ordenanza del rey Felipe II de España, de fecha 12 de septiembre de 1590, siete miembros de la Compañía de Jesús son enviados a Chile. Llegan los primeros misioneros, desde Perú, en 1593. La primera comunidad tuvo como Superior al Padre Luis de Valdivia. Desde ese momento hasta 1767, fecha de su expulsión de Chile, los hijos de San Ignacio de Loyola se dedicaron, además de la evangelización, a la defensa del indígena. También abrieron colegios en diversas ciudades de Chile, fundaron diversas asociaciones apostólicas y contribuyeron al desarrollo intelectual de nuestra patria. En el momento de la expulsión había 360 religiosos.
En 1843 regresaron a Chile. Se establecen en Santiago, donde, en 1850, abren una residencia, la que en 1856 se transforma en el Colegio San Ignacio. Junto a este existía una capilla desde 1859 a la que asistían numeroso vecinos del barrio. En 1869 se inició la construcción de la iglesia de San Ignacio, de mayor capacidad, la que fue consagrada y abierta el 17 de noviembre de 1872.
La construcción de este templo estuvo basada en el proyecto del arquitecto italiano Eusebio Chelli, quien también había diseñado la Iglesia de la Recoleta Dominica y la de las Agustinas. Fue consagrada en 1872. Ese mismo año, el arquitecto Chelli abandonó la obra, alcanzando a construirse tres naves de albañilería de ladrillo. Posteriormente, en 1900, se agregaron dos torres de base cuadrada coronada por cúpulas, diseñadas y construidas por el arquitecto francés Eugenio Joannon. La fachada fue proyectada por el arquitecto italiano Ignacio Cremonesi. El trabajo de este, unido a los anteriores, dio a esta iglesia la unidad que tiene actualmente y que corresponde al un estilo neorrenacentista.
Está ubicada en la esquina de las calles San Ignacio y Alonso Ovalle.
